Actualización del Mercado Latinoamericano de Maersk para el mes de marzo de 2024. Tema del mes: El Nearshoring en América Latina.
En este tema del mes, hablaremos sobre el nearshoring en América Latina, pero para eso, es importante explicar el término y cómo ha comenzado a sonar más popular en la actualidad. Ante las disrupciones globales como la pandemia, los conflictos geopolíticos y la escalada de las tensiones internacionales, las vulnerabilidades dentro de las cadenas de suministro han sido muy claras.
A medida que los líderes de la cadena de suministro se enfrentan a los desafíos, la búsqueda de resiliencia ha llevado a un examen más detallado de las estrategias de abastecimiento. Los conceptos de nearshoring, reshoring y offshoring han surgido como respuestas estratégicas para construir cadenas de suministro más sólidas y adaptables. En este artículo, explicaremos el panorama cambiante del nearshoring en América Latina y su papel para abordar las debilidades de la cadena de suministro intensificadas por los recientes eventos globales.
El nearshoring se refiere a la práctica de externalizar los procesos empresariales de fabricación a un país cercano, la mayoría de las veces dentro de la misma región geográfica o continente. Una característica clave del nearshoring es la proximidad geográfica entre la empresa de subcontratación y el proveedor de servicios o fabricante. Esta proximidad ofrece ventajas en los costos de transporte, agilidad debido a las zonas horarias y afinidad cultural, lo que contribuye a mejorar la colaboración y la comunicación.
La relocalización también se denomina «deslocalización» y es el proceso de devolver las operaciones comerciales, la fabricación o los servicios al país de origen de la empresa. Esta estrategia se emplea para revertir las decisiones de deslocalización anteriores, a menudo impulsadas por cambios en las condiciones económicas, la evolución de la dinámica del mercado o el deseo de obtener un mayor control sobre el proceso de producción. La relocalización busca capitalizar los beneficios de la producción nacional, incluido el control de calidad, los plazos de entrega y la proximidad a los mercados finales.
La deslocalización consiste en externalizar procesos empresariales, servicios o fabricación a un país extranjero. Las empresas utilizan la deslocalización para maximizar el ahorro de costos, acceder a habilidades especializadas o beneficiarse de condiciones económicas favorables en la ubicación offshore elegida. Si bien puede conducir a una reducción de los costos de producción, la deslocalización también puede reducir desafíos como las distancias más largas de la cadena de suministro, los posibles problemas de comunicación y la dependencia de factores económicos y políticos globales.
Como se ha explicado, el nearshoring implica la externalización a países cercanos, la relocalización devuelve las operaciones al país de origen y la deslocalización implica la externalización a países extranjeros, a menudo buscando ventajas de costos. Cada estrategia tiene su propio conjunto de consideraciones y está influenciada por factores como el costo, la calidad y los objetivos estratégicos de las empresas involucradas.
El Nearshoring en América Latina
A medida que la dinámica del comercio internacional experimenta profundos cambios influenciados por la pandemia, los cambios en los patrones de oferta y demanda y las condiciones geopolíticas, las empresas están revisando sus huellas globales. La ventana de oportunidad para que América Latina se beneficie de esta reorganización está abierta. Es un buen momento para explorar las ventajas de llevar la producción a LAM, desde su proximidad geográfica y los acuerdos comerciales hasta la estabilidad económica y los esfuerzos regionales de colaboración. América Latina ofrece un atractivo multifacético para las empresas que buscan mejorar su resiliencia operativa y capitalizar las fortalezas de la región en el panorama del nearshoring.
Según el estudio de Deloitte, el mercado del nearshoring experimentará una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 10,3% de 2021 a 2025. Además, estimaciones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) dicen que el nearshoring puede aumentar potencialmente las exportaciones mundiales de América Latina y el Caribe en US$ 78.000 millones anuales. Un estudio reciente de IDC afirma que América Latina presenta al mercado norteamericano una combinación única de proximidad geográfica y socios expertos con la madurez necesaria para ofrecer servicios de alta calidad. Entre los países en este sentido se encuentran Guatemala, El Salvador y México. En la actualidad, una amplia gama de industrias, incluidos los sectores automotriz, textil, farmacéutico, de energía renovable y de TI, se beneficiarán de la creciente demanda de estos servicios.
Si bien Centroamérica tiene una ubicación estratégica, otros países también pueden experimentar un crecimiento de las exportaciones a través del nearshoring. Las proyecciones del BID indican que Argentina podría ver US$ 3.910 millones adicionales en exportaciones, Brasil 7.840 millones de dólares, Colombia US$ 2.570 millones y, en conjunto, Chile, Costa Rica y República Dominicana podrían superar los 1.500 millones de dólares anuales. Se prevé que la consolidación del nearshoring produzca beneficios sustanciales en toda la región, contribuyendo a la recuperación económica y a la desaceleración de la inflación al reorientar las inversiones que recuperan entre US$ 30.000 y US$ 50.000 millones que antes se dirigían a Asia.
Ventajas de traer Producción a Latinoamérica:
Como se ha comentado anteriormente:
- Proximidad y ventaja geográfica: La ubicación geográfica estratégica de América Latina y su proximidad a los Estados Unidos proporcionan una ventaja competitiva para el nearshoring. La reducción de los tiempos y costos de transporte contribuye a que las cadenas de suministro sean más eficientes y a una respuesta más rápida a las demandas del mercado.
- Acuerdos e incentivos: Los intercambios y acuerdos ofrecen importantes incentivos para las empresas de América Latina. Estos acuerdos proporcionan condiciones favorables, subsidios y apoyo a las industrias.
- Estabilidad económica y crecimiento: a pesar de los desafíos ocasionales, algunos países latinoamericanos han demostrado estabilidad económica y crecimiento debido al nearshoring. Las expectativas del PIB de la región superiores al 2% para 2023, según los analistas, presentan un entorno atractivo para las empresas que buscan inversiones a largo plazo.
- Colaboración regional: El llamado a la regionalización en América Latina tiene el potencial de crear economías de escala y fomentar la colaboración. Las iniciativas pueden ofrecer financiación y apoyo a las agrupaciones industriales y comerciales transfronterizas, lo que aumenta el atractivo general de la región para la deslocalización cercana.
- Diversificación de las cadenas de suministro globales: mientras se reorganiza la cadena de suministro en curso, América Latina presenta una oportunidad para que las empresas diversifiquen sus cadenas de suministro globales. La diversificación puede mejorar la resiliencia, reducir la dependencia de una sola región y mitigar los riesgos asociados con las perturbaciones geopolíticas.
Desafíos de América Latina a considerar:
Si bien la perspectiva de proximidad geográfica, la eficiencia de costos y la afinidad cultural hacen de América Latina un destino atractivo de nearshoring, también tiene algunos desafíos para liberar todo su potencial. Estos son algunos de los principales desafíos que exigen atención:
- Complejidades de la infraestructura: Si bien algunos países exhiben parques industriales y capacidades de logística bien establecidas, otros enfrentan desafíos relacionados con las redes de transporte, los sistemas de comunicación y la resiliencia general de la infraestructura. Estas disparidades pueden dar lugar a ineficiencias operativas, aumento de costos e interrupciones en la cadena de suministro. Abordar esta brecha de infraestructura se vuelve imperativo para crear un ecosistema de nearshoring confiable y sin fisuras.
- Dinámica de políticas y ambigüedades regulatorias: una amplia gama de regulaciones, políticas comerciales y posibles fluctuaciones en los climas políticos. Estas incertidumbres exigen una comprensión completa del panorama legal de cada país y un enfoque proactivo para adaptarse a los cambios. Un entorno normativo armonizado y transparente es esencial para garantizar la estabilidad.
- Talento: la brecha de habilidades y alinear el talento con las necesidades de la industria es otro de los desafíos que enfrenta América Latina. La región se enfrenta a dificultades para encontrar los conocimientos especializados necesarios para determinados sectores. Estos países invierten en educación, programas de formación profesional y colaboración entre empresas e instituciones educativas. Cerrar la brecha de habilidades no solo mejora el atractivo de América Latina como centro de nearshoring, sino que también impulsa a la región a convertirse en un centro de innovación y avance tecnológico.
En cuanto al nearshoring y reshoring, América Latina se encuentra en la encrucijada de un gran potencial, pero con notables desafíos. La proximidad geográfica, la alineación cultural y las ventajas de costos pueden convertirlo en una buena opción para las empresas que buscan diversificar sus cadenas de suministro.
Sin embargo, para aprovechar plenamente este potencial, las partes interesadas deben hacer frente a desafíos multifacéticos. Además, las consideraciones en torno a la seguridad y las habilidades de la fuerza laboral son primordiales y exigen inversiones estratégicas en educación, capacitación y soluciones innovadoras.
Al fomentar los esfuerzos de colaboración y la implementación de políticas sólidas, e invertir en la infraestructura y el capital humano de la región, América Latina tiene la capacidad no solo de enfrentar estos desafíos, sino también de emerger en el nearshoring y tener éxito en el sector logístico global.
El camino que tenemos por delante puede estar comenzando y con muchos obstáculos. Aun así, promete un futuro en el que América Latina se erige como una piedra angular estratégica en el panorama cambiante de las cadenas de suministro globales.