La escalada entre Irán e Israel pone en jaque las cadenas de suministro en Medio Oriente. Las cada vez mayores tensiones entre Irán e Israel amenazan seriamente el normal funcionamiento de las cadenas de suministro en Medio Oriente, según un análisis realizado por Transport Intelligence, y reportó America Retail & Malls.
Si bien hasta ahora la situación se veía reflejada principalmente en una significativa reducción de los tránsitos por el mar Rojo y el Canal de Suez debido a los ataques terroristas en las costas de Yemen, las amenazas ahora se extienden a otros modos de transporte más allá del marítimo.
Los servicios de carga aérea en la región también se están viendo limitados, mientras que el transporte por carretera también experimenta fuertes restricciones, a pesar de los avances realizados en los últimos años para estandarizar y fomentar el movimiento terrestre de mercaderías.
Este complejo panorama geopolítico puede tener repercusiones a corto y medio plazo en el funcionamiento normal de las cadenas de suministro más extensas y globalizadas, especialmente si el conflicto se prolonga o incluso se intensifica.
La tensión bélica también podría influir en la evolución de los precios de la energía, especialmente en los productos petrolíferos, cuya producción y exportación podrían verse afectadas.
Los tránsitos por el Canal de Suez podrían reducirse aún más, afectando potencialmente a los graneleros. Además, el suministro a varios países del Golfo Pérsico podría verse comprometido.
La situación también podría afectar a India, que se ha convertido en un punto de enlace crucial en los servicios marítimos que unen Oriente Medio con el sudeste asiático.
La evolución de esta crisis es impredecible y dependerá tanto de las acciones de los países en conflicto como de los resultados de la presión internacional para reducir la tensión.
La escalada entre Irán e Israel presenta un panorama preocupante para las cadenas de suministro en Medio Oriente, con potenciales impactos en el transporte marítimo, aéreo y terrestre, así como en los precios de la energía y el petróleo. La comunidad internacional deberá estar atenta a la evolución de la situación y tomar medidas para mitigar los posibles efectos negativos.
