Viernes 29 de Marzo de 2024

China y Latinoamérica, de la afinidad ideológica al negocio estratégico

5/1/2015

El inicio de las obras para el Canal de Nicaragua, tal vez la más icónica infraestructura en América Latina del siglo XXI, simboliza el rápido posicionamiento de China como potencia comercial e inversora en el subcontinente.

china_america_latina_chicaDurante décadas, la relación entre China y Latinoamérica se limitó a la retórica de la amistad entre Pekín y los no alineados, o también al apoyo, con palabras más que con hechos, a movimientos revolucionarios en la región. Esto cambió a partir del viaje del presidente chino, Hu Jintao, a Brasil, a la Argentina, Chile y Cuba en el 2004, fecha que para muchos observadores marca un hito en las relaciones entre dos mundos lejanos, pero con intereses poderosamente complementarios.
Estados Unidos y España, que comparten con Latinoamérica una larga historia de altibajos, ven con inquietud este desembarco chino que, en solo diez años, consiguió acercar sus cifras de inversión y comercio en el subcontinente a las españolas y estadounidenses, aunque aún sigue por detrás de ambos.
Hu prometió entonces que China invertiría en América Latina $ 100.000 millones en la década venidera e intentaría también llegar a esa cifra en cuanto a intercambio comercial, un objetivo superado con creces en la actualidad ($ 261.600 millones en el 2013).
La inversión china en la región pasó de US$ 1.000 millones en el 2003 a US$ 87.800 millones en el 2012, y solo la construcción del canal de Nicaragua supone otros US$ 40.000 millones.
El país asiático está detrás de grandes proyectos en el sector ferroviario, minero, petrolero o el hidroeléctrico de la región, algunos de ellos dirigidos a cambiar los tejidos económicos nacionales, como el citado Canal de Nicaragua o la mayor central hidroeléctrica ecuatoriana, Coca Codo Sinclair.
Es quizá en el sector ferroviario donde la presencia china es más llamativa: la Argentina, por ejemplo, restaura con ayuda del país asiático su durante décadas olvidada red de transporte ferroviario de mercancías y pasajeros, vital para conectar sus zonas agrícolas con los puertos.
En Colombia firmas chinas desarrollan la red ferroviaria atlántica, y en Venezuela participan en la edificación de la red que conectará Caracas con las regiones occidentales de producción petrolífera.
A todo esto se suma el acuerdo preliminar entre China, Brasil y Perú para construir un tren que conecte el Atlántico con el Pacífico a través de 3.500 kilómetros, otro plan para hacer sombra al Canal de Panamá que EE.UU. edificó hace un siglo.
Menos mediáticos, pero más abundantes y ya más consolidados, son los proyectos de China en los sectores petrolero, minero e hidroeléctrico de Latinoamérica, región donde el país asiático, por ejemplo, financia la cuarta parte de las minas de Perú (junto con Chile, la gran proveedora de cobre para la superpotencia asiática).
Mientras, en Bolivia, empresas chinas extraen litio, materia prima básica para las baterías que alimentan móviles, ordenadores tableta y automóviles eléctricos.
Además, China, que mostró con su gigantesca presa de las Tres Gargantas su potencial en el sector hidroeléctrico, participa en más de una veintena de presas de todo el continente, desde Centroamérica a Perú, la Argentina y Ecuador.

Fuente: http://www.eluniverso.com/