Con la intención de generar una vía para el transporte de cargas y reducir costos de logística, autoridades catarinenses y el cónsul argentino en Florianópolis reflotaron la intención de habilitar el puente del Paso Rosales, paso internacional entre San Pedro (Misiones-Argentina) y Paraíso (Brasil).
El pasado martes 24 se reunieron en Florianópolis el cónsul argentino en dicha ciudad, Gustavo Coppa y el Secretario de Estado de Agricultura y Pesca de Brasil, Moacir Sopelsa. El tema principal del encuentro fue fortalecer los lazos comerciales entre los dos países. Y para ampliar los negocios y reducir los costos de logística, se volvió a tratar la intención de abrir una nueva ruta para el transporte de cargas, el puente del Paso Rosales.
Nuevamente se incluyó en el tope de la agenda la activación del puente que conecta la ciudad brasileña de Paraíso con la localidad de San Pedro, del lado de argentino. Dicho puente no se puede utilizar para el transporte de cargas debido a la falta de infraestructura aduanera en el lado brasileño.
Actualmente, la única ciudad del Estado de Santa Catarina que une la frontera con Argentina y tiene infraestructura aduanera adecuada es Dionisio Cerqueira, que se conecta con Bernardo de Irigoyen en Misiones. Según los datos que maneja el Consulado de Argentina en Florianópolis, ya pasaron por allí más de 38.000 personas en los diez primeros días de 2017.
“El vínculo entre Paraíso-San Pedro tiene un papel fundamental para la agroindustria de Santa Catarina, ya que Argentina es un importante proveedor de maíz, que abastece a las cadenas de suministro de cerdos y aves en Santa Catarina. Por otro lado, el estado vende cerdo y pollo a su vecino. Sólo en 2016, Argentina compró nueve mil toneladas de carne de cerdo de Santa Catarina, lo que representa US$ 25 millones en ventas”, publica hoy el diario Fronteira on Line; y menciona las ventajas de abrir una nueva vía de acceso a la Argentina para reducir aún más el costo del flete de maíz, “ya que la distancia entre Paraíso y el país vecino es mucho menor que viajar a buscar el grano en el Medio Oeste”.
Con el fin de seguir las negociaciones entre el Consulado de Argentina en Florianópolis y el Gobierno del Estado, Santa Catarina se comprometió a asistir a un encuentro en Brasilia el próximo 8 de febrero para reunirse con los ejecutivos de los Ministerios de Agricultura y Asuntos Exteriores.
La historia de la integración entre Argentina y Brasil tiene muchos hitos: el del puente Paso Rosales sobre el río Pepirí construido en la década de los 90 es uno de ellos. Cuenta con una infraestructura para el cruce vehicular pero la falta de controles migratorios del lado brasileño impide su uso legal. Las autoridades municipales brasileñas de esa zona piden por la habilitación del cruce pero la burocracia demora este sueño de integración.
El paso internacional
Para llegar al puente por el Paso Rosales hay que tomar la ruta nacional 14 y al llegar a San Pedro se debe tomar la ruta provincial 16 hasta el paraje “7 Estrellas”. Luego se debe seguir por la ruta provincial 27. El trayecto está totalmente asfaltado, las rutas (nacionales y provinciales) son nuevas y cuentan con toda la señalética necesaria. Además el último tramo tiene el plus de recorrer parte de la biosfera de Yabotí en lo mejor de la selva paranaense.
Este camino es apto para automóviles, pero el puente internacional no está habilitado para la circulación de camiones. De ser utilizado significa un ahorro de más de 150 kilómetros en el recorrido hacia las playas brasileñas. Por ello está siendo elegida por muchos turistas misioneros o que pasan por la provincia para ir al vecino país.
Una vez que el viajero llega al paraje Rosales, está el puesto de control de Migraciones y Aduana Argentina, instituciones que junto a Gendarmería Nacional controlan la cabecera. El puesto de control está habilitado las 24 horas todos los días y ahí se hacen todos los controles de salida del país.
El problema surge en el lado brasileño del puente, donde solo hay un control del CIDASC (Compañía integrada de desenvolvimiento Agrícola de Santa Catarina) que fiscaliza que no ingrese ningún producto de origen animal ni vegetal a tierras brasileñas.
Al no existir un control adecuado, quien quiera ingresar al Brasil por este paso fronterizo, el Paso Rosales, no tiene la posibilidad de hacer los trámites legales del ingreso. Si desean hacerlo deben recorrer más de 90 kilómetros hasta Dionisio Cerqueira, con lo que se pierde la distancia acortada. En el caso que no conozcan esta realidad, los turistas solo siguen camino por la ruta BR 282 hasta San Miguel do Oeste y de ahí avanzan hasta Florianopolis, recorriendo la región central del estado de Santa Catarina. Las autoridades de la policía Civil brasileña saben de este inconveniente legal, pero muchas veces hacen la vista hacia otro lado, o recomiendan al turista a viajar a Dionisio Cerqueira a hacer el trámite de ingreso.
En San Miguel Do Oeste hay una oficina de la “Receita Federal” ente encargado de los controles migratorios y fiscales en Brasil. Pero esta oficina lo que hace es el control fiscal interno de las empresas y aclaran que los trámites fiscales de ingreso al país se hacen en esa región, solo en Dionisio Cerqueira.
El inconveniente surge cuando el turista requiere atención médica o policial durante su estadía en el Brasil. Ahí sale a la luz que su situación es “ilegal” ya que no tiene la documentación del ingreso al país, por lo que es proclive a ser multado y en el caso de la atención médica, muchas veces no puede obtenerla.