El tráfico aéreo mundial en 2021 debería equivaler a un tercio del de 2019, estimó la semana pasada la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que revisó a la baja sus previsiones por la pandemia.
La Asociación, que reúne a 290 aerolíneas, ahora espera que el tráfico aéreo para el 2021 fluctúe entre un 33 y un 38% del de hace dos años. Una previsión anterior esperaba que llegase al 51%; pero la aparición de nuevas variantes del coronavirus obligó a adoptar nuevas restricciones a los viajes internacionales y el tráfico, en lugar de estabilizarse al nivel de finales de 2020, se deterioró.
“La primera parte del año será más débil de lo que esperábamos en diciembre”, dijo Brian Pearce, economista jefe de la IATA, en una videoconferencia.
La organización aboga ahora por una “fuerte recuperación durante el segundo semestre” a medida que avance la vacunación de la población más vulnerable, dijo Pearce, aclarando además que el alcance de la misma dependerá de cuándo se levanten las restricciones.
Como consecuencia de esta lenta recuperación del tráfico aéreo, las aerolíneas seguirán consumiendo efectivo, con costos que superan los ingresos.
La esperada debilidad del tráfico en el primer semestre debería conducir a las compañías a “quemar” entre US$ 75.000 y US$ 95.000 millones durante el 2021.
Aunque las compañías aéreas pudieron recortar costos y beneficiarse de un repunte en las rutas nacionales, “no se espera que el sector genere beneficios antes de 2022”, apuntó Pearce.
En 2020, el peor año en la historia del tráfico aéreo, las aerolíneas consumieron “más de US$ 150.000 millones de sus tesorerías”, agregó.
“No es posible que el sector pueda sostener un aumento de entre 75.000 y 95.000 millones de dólares este año sin un mayor apoyo gubernamental adicional”, dijo el director general de IATA, Alexandre de Juniac.
Las aerolíneas, que perdieron 510.000 millones de dólares de facturación en 2020, obtuvieron 160.000 millones de ayudas el año pasado para sobrevivir a la crisis.
