Los precios de los combustibles están aumentando rápidamente. Atrás quedaron los días de 2020 y combustible barato, con carreteras y aeropuertos relativamente vacíos debido al Covid-19. A medida que el mundo aprendió cómo adaptarse a las medidas de seguridad implementadas para combatir la propagación de Covid-19, la demanda de energía aumentó en 2021, lo que provocó un aumento de los precios en todo el mundo.
Mercados de combustible ajustados
Antes de la escalada de la situación en Europa del Este, el mercado global de combustible ya tenía problemas para satisfacer la necesidad global. A medida que los países occidentales hicieron planes para cambiar a soluciones más ecológicas, las empresas de perforación redujeron la producción en los EE.UU. y las inversiones en nuevos pozos se desplomaron.
Los inventarios generales de petróleo también estaban cayendo rápidamente, y los inventarios de la industria de la OCDE estaban alrededor de un 4 por ciento por debajo de su promedio de cinco años en julio de 2021, según datos del Banco Mundial a fines de 2021.
Otro desafío para el mercado es que algunos productores clave de petróleo crudo y combustible coexisten en entornos inestables. Países como Ecuador, Kazajstán y Libia han estado plagados de desastres naturales y turbulencias políticas durante años, lo que ha obstaculizado la producción.
Conflicto e inflación
Rusia, como el segundo mayor productor mundial de petróleo y gas natural, abastece a gran parte del mundo con su energía. La UE, que obtiene el 40% de su gas natural y el 25% de su petróleo de Rusia y Asia, depende de Rusia para el suministro. Por este papel de peso que juega Rusia en la producción mundial, los precios del petróleo han subido de forma espectacular debido a la incertidumbre provocada por el conflicto entre Rusia y Ucrania. Hoy los precios del petróleo se encuentran en niveles no vistos en casi una década. JPMorgan Chase & Co. advierte que cualquier interrupción en los flujos de petróleo podría enviar el petróleo a US$ 185 por barril. Un largo conflicto en Europa del Este podría aumentar aún más el aumento de los precios del petróleo crudo.
Debido al conflicto entre Rusia y Ucrania, los productos petroquímicos rusos están siendo sancionados, lo que a su vez ha hecho subir los precios del mercado. Es posible que las cadenas de suministro deban reconfigurarse en torno a puntos de suministro alternativos donde la producción aún sea viable.
Cadenas de suministro afectadas
A medida que continúa la situación en Europa del Este, las cadenas de suministro se interrumpen aún más. Al optar por omitir los suministros de petróleo y gas de Rusia, algunos procesos de producción ya no son tan fácilmente accesibles debido a la falta de materias primas como el crudo, o ya no son financieramente viables a medida que aumenta el costo del petróleo y el gas.
Según suben los precios del diésel, también lo hacen otros costos. Este efecto dominó se sentirá en todo el mundo. Es muy probable que los consumidores europeos experimenten aumentos en las facturas de calefacción, gas y naftas. Las interrupciones en las cadenas mundiales de suministro de combustible también pueden afectar los precios de los alimentos, aumentando la inseguridad en las comunidades más pobres de todo el mundo, así como el proteccionismo económico.
El efecto dominó
Dado el aumento de los precios de la energía, se intensificará la búsqueda de opciones más baratas. Las opciones rentables incluyen: gas natural licuado en Qatar y alrededor del Golfo de México, GNL basado en EE.UU. procedente del fracking y ofertas de energía sostenible en parques eólicos marinos y parques de energía solar.
Con combustibles más costosos, el costo del movimiento de carga podría aumentar y causar más demoras y retrasos en las industrias, creando ondas a largo y corto plazo en las cadenas de suministro y afectando la agilidad comercial. Las cadenas de suministro tendrán que lograr más flexibilidad en las configuraciones logísticas, creando oportunidades alternativas a través de posibles opciones de abastecimiento cercano y lejano, acomodando las interrupciones locales y globales. La clave es que la actividad de resiliencia sea escalable y receptiva, para activarse y desactivarse según sea necesario, no solo desde la perspectiva del proveedor, sino también a nivel de empresa. Simular las necesidades de su cadena de suministro y centrarse en los elementos que son críticos permitirá el ajuste oportuno de los planes comerciales y las acciones de la cadena de suministro cuando necesite cambiar.
Con información de Maersk Global Logistics Pulse
