Jueves 10 de Julio de 2025

Sostenibilidad. Embalaje y almacenamiento en la logística

11/6/2025

Compañías de todas las escalas se encuentran frente al desafío de rediseñar sus operaciones bajo estrictos principios de sostenibilidad

sostenibilidadSostenibilidad. Embalaje y almacenamiento para la logística moderna. -Lo que antes se consideraba una mera función operativa, el embalaje y el almacenamiento, ha mutado drásticamente. Durante décadas, su rol se limitaba a salvaguardar productos y gestionar inventarios. Sin embargo, la creciente crisis ambiental y el endurecimiento de la normativa global han catapultado estos procesos a un rol central en la transformación empresarial. Hoy, compañías de todas las escalas se encuentran en una encrucijada crítica: rediseñar sus operaciones bajo estrictos principios de sostenibilidad o enfrentar un inminente rezago frente a las demandas de consumidores cada vez más conscientes y las exigencias de los reguladores.

El embalaje emerge como uno de los focos más visibles y urgentes de esta transición hacia la sostenibilidad. Su impacto no es menor: los envases representan cerca de un tercio del total de plásticos producidos a nivel mundial, y de esta vasta cantidad, apenas un 14% logra ser reciclado, según datos alarmantes de la Fundación Ellen MacArthur. Pero la problemática va más allá de la materia prima; un empaque ineficiente desencadena una cascada de consecuencias negativas a lo largo de toda la cadena de suministro: mayores volúmenes de carga, incremento de emisiones durante el transporte y una huella de carbono mucho más difícil de mitigar.

En este nuevo paradigma, el concepto de embalaje sustentable ha adquirido una relevancia estratégica. No se trata simplemente de cambiar un material por otro. La clave radica en una visión sistémica que abarca cuatro principios fundamentales: reducir, reutilizar, reciclar y rediseñar. La adopción de polímeros reciclados, cartón recuperado, materiales compostables y soluciones reutilizables avanza a pasos agigantados, impulsada tanto por gigantes del comercio electrónico como Amazon así como también por pequeñas y medianas empresas que buscan diferenciarse en el mercado.

El desafío consiste en lograr la perfecta armonía entre resistencia técnica, cumplimiento regulatorio y un menor impacto ambiental, todo ello sin disparar los costos operativos.

Pero la innovación no se detiene en los materiales. La logística moderna exige también una reingeniería profunda de sus espacios físicos. El almacenamiento sustentable ha pasado a ser un objetivo estratégico prioritario, en particular para aquellos centros de distribución que operan con una alta intensidad energética.

Según la empresa intralogística Mecalux, un “almacén verde” es aquel que prioriza la eficiencia energética en cada rincón, automatiza procesos para reducir significativamente las emisiones, emplea sistemas compactos que optimizan al máximo la superficie disponible y gestiona el clima interno mediante soluciones aislantes o fuentes de energías renovables, como paneles solares y aerogeneradores. Incluso, se está repensando la ubicación misma de estas infraestructuras: la instalación de microcentros de distribución cerca del consumidor final permite reducir drásticamente la distancia de entrega y, por ende, el consumo de combustibles y las emisiones contaminantes por kilómetro recorrido.

A pesar de las promisorias oportunidades, el sendero hacia una logística completamente sustentable no está exento de obstáculos. Los costos iniciales elevados, la disponibilidad aún limitada de materiales certificados o de infraestructuras robustas para el reciclaje y compostaje, y el desconocimiento técnico en el complejo campo del diseño circular, son barreras comunes que afectan especialmente a las pequeñas y medianas empresas.

Expertos como Eduardo Legorreta, presidente del Comité de Sustentabilidad de la Asociación Mexicana de Envase y Embalaje (AMEE), enfatizan que la clave reside en la toma de decisiones informadas.

Estas deben basarse en un análisis exhaustivo del producto, su ciclo de vida completo, su destino logístico y el marco regulatorio que lo rige.

El cambio, por tanto, exige una estrategia bien definida. Las empresas que han implementado con éxito soluciones de embalaje y almacenamiento sustentable comparten un enfoque común: inician con un diagnóstico inicial detallado, proceden a un diseño bajo criterios de circularidad, invierten en la capacitación de sus equipos, fomentan la colaboración con proveedores y establecen métricas claras para medir el progreso.

Indicadores como el porcentaje de embalaje reciclado, la reducción de materiales por unidad o la disminución del consumo energético por metro cúbico almacenado, permiten visibilizar los beneficios tangibles derivados de este rediseño operativo.

En un escenario donde la sostenibilidad ha dejado de ser una mera ventaja reputacional para convertirse en un requisito operativo ineludible, avanzar en esta dirección es, sin duda, una decisión empresarial inteligente y necesaria. Las innovaciones en embalaje y almacenamiento no solo mitigan el impacto ambiental, sino que paralelamente mejoran la eficiencia, reducen riesgos regulatorios y fortalecen la resiliencia de las cadenas de suministro frente a los desafíos del futuro. Es hora de actuar.

Con información de America-Retail