Grandes tormentas como el huracán Sandy y otros inesperados eventos han llevado a algunas empresas a modificar el popular estilo de hacer negocios “just-in-time”, en el que sólo pequeñas cantidades de inventario se mantienen a mano, a la moda de lo que se conoce como gestión “just-in-case”, informó el News Service del New York Times.
El cambio ha llevado a los minoristas y empresas de logística a alterar las cadenas de suministro mediante el agregado de más centros de distribución, de acuerdo con el CoStar Group, una empresa de investigación de bienes raíces en Washington.
A su vez, los centros están creando oportunidades de bienes raíces en los mercados dentro y fuera de las rutas de distribución ya establecidas, incluyendo el crecimiento en los mercados fuera de los centros portuarios tradicionales en el Este de los EE.UU. y las costas del oeste.
La planificación Just-in-case ayuda a los minoristas a mantener las mercaderías en los comercios en el caso de una interrupción de la cadena de suministro que afecte a uno de los mercados de distribución más importantes.
El huracán Sandy afectó a los puertos de Nueva York y Nueva Jersey, por ejemplo, y las huelgas de estibadores del 2002 de la Unión West Coast Ports retrasaron la descarga de buques portacontenedores durante meses.
El Just-in-case es una respuesta a la vulnerabilidad de las cadenas de suministro just-in-time, dijo René Circ, director de investigación industrial de CoStar. Desde la década de 1990, el just-in-time ha tenido sentido para muchas empresas que buscan reducir el costo de mantener grandes inventarios a mano. Las nuevas tecnologías permitieron a los minoristas y fabricantes ser capaces de seguir de cerca y enviar artículos a sustituir las mercaderías vendidas o consumidas en la producción de componentes.
En este modelo también se reducen los costos de transporte, ya que los bienes se envían sólo cuando son necesarios. Al combinar el just-in-case con la estrategia just-in-time, Circ, dijo que, las empresas están tratando de encontrar un equilibrio entre «llevar el inventario mínimo posible, pero sin quedar nunca sin stock, porque inventario es igual a costo».
Por ejemplo, Ranger Steel, una empresa con sede en Houston, que se describe como la compañía privada más grande distribuidora de placas de acero en los EE.UU., recientemente amplió su red de centros de distribución. Hasta finales de 1990, Ranger Steel regularmente transportaba en sus camiones las pesadas placas de acero directamente desde un centro de distribución en el Puerto de Houston a los clientes en todo los EE.UU.
«Durante mucho tiempo ese concepto funcionó a las mil maravillas», dijo Jochen Seeba, Vice-Presidente y Director de Operaciones de la compañía. «Entonces comencé a ver el alza en los precios de los combustibles, y las nuevas reglas y regulaciones gubernamentales sobre la cobertura de seguro para los conductores de camiones que hacían el transporte de camiones muy caro».
Al igual que muchos minoristas y mayoristas, en los últimos años los distribuidores de Ranger Steel han añadido centros de distribución a su red, reduciendo los tiempos de entrega al mover su inventario más cerca de los clientes. Hoy en día, los proveedores transportan grandes cantidades de acero a los 7 centros de distribución de Ranger Steel de todo el país.
Desde ahí, los conductores pueden entregar los pedidos a la mayoría de los clientes de la empresa en 24 horas, en igualdad de condiciones con los competidores locales en mercados como Saint Louis, donde la compañía abrió un centro de distribución el año pasado.
La reducción de los costos de transporte es un beneficio secundario, agregó Seeba.
La ventaja más importante es la capacidad de atender mejor y retener a los clientes en un mercado cada vez más competitivo, en el que un plazo de entrega de tres días a St Louis desde Houston ya no es aceptable. «Hay que ajustar el modelo», dijo Seeba: «Y eso es lo que hemos hecho.»
Con la gestión just-in-time, los pequeños inventarios que tienen en sus depósitos las empresas ponen crean mayor riesgo de quedarse sin mercaderías en caso de cualquier interrupción en las cadenas de suministro. Shaw Lupton, economista senior de CoStar, dijo que las empresas están tratando de minimizar el riesgo mediante la diversificación de las cadenas de suministro en varios centros de distribución.
Como prueba de esto, se refirió al cambio que se manifiesta en los flujos de carga de los puertos marítimos de la Costa Oeste a la Costa Este, y una desaceleración de la tasa a la cual las más grandes cadenas de almacenaje captaban su cuota de mercado durante la última década.
Algunos investigadores dicen que los minoristas, en particular, están bajo una presión muy competitiva para establecer centros de distribución cercanos a los centros de población. Muchos estados han comenzado a exigir a los minoristas en línea que paguen el impuesto sobre las ventas, por lo que se les dificulta mucho poder competir con las grandes cadenas mayoristas.
En un esfuerzo por conseguir alguna una ventaja, los minoristas en línea están ofreciendo el envío de las mercaderías de los centros de distribución cercanos cada vez más rápido, dijo Circ.
«Esto está llevando a la reconfiguración de las cadenas de suministro y la construcción de estos grandes almacenes, no sólo en unos pocos mercados clave como solía suceder, sino mucho más ampliamente extendido por todo el país», agregó.
Cuanto más cerca del cliente que una empresa pueda transportar sus mercaderías, mayor es la eficiencia y el ahorro de costo, dijo Tim Feemster, director gerente de la sucursal de Dallas de Grubb Newmark Knight Frank.
Los múltiples y bien ubicados centros de distribución minimizan el tiempo y la distancia en el tramo final de la entrega, cuando los camiones están, generalmente, casi vacíos durante el transporte de artículos individuales.
«El último kilómetro es el que tiene el costo más caro por kilogramo o por pieza», dijo. Los minoristas a veces evitan la entrega que ellos llaman “final de milla” al invitar a los compradores a retirar sus compras en las tiendas cercanas, dijo Feemster. En esos casos, el comercio funciona como un centro de distribución.
Según Bob Martie, vicepresidente ejecutivo para la región de Nueva Jersey en Colliers International, la tendencia a numerosos centros de distribución es contraria a una estrategia que era común hasta antes de la recesión, cuando algunas empresas buscaban mejorar la eficiencia mediante la consolidación de las operaciones de almacenaje.
«A medida que la competencia es cada vez mayor, las empresas están viendo la necesidad de tener un mejor servicio al cliente», dijo Martie. «Hace cinco años, podría haberse necesitado dos centros de distribución para gestionar con eficacia el país, ahora esa cifra parece ser de cinco a siete.» O más, debido a la mayor cantidad de minoristas en línea.
El 30 de enero, por ejemplo, Amazon.com anunció planes para abrir tres centros de distribución en Texas.
En 2012, la compañía introdujo el desarrollo de centros de distribución en Dupont, Washington, y en Middletown, Delaware, e hizo alrededor de media docena de estos anuncios el año anterior. El rediseño de las cadenas de suministro ha introducido algunas nuevas rutas de distribución.
El Just-in-time es un concepto de gestión procedente de Japón. La idea detrás de esto es que todo lo que sucede «just-in-time», los materiales y suministros llegan justo a tiempo para comenzar la producción, y la producción termina just-in-time para que el cliente la pueda tener en su poder, sin mucho margen de error.
Si un proveedor falla en entregar sus productos a tiempo, la producción se interrumpe. Normalmente las empresas que se adhieren a esta filosofía de mantener relaciones estrechas con proveedores no suelen tener problemas de abastecimiento. Estas empresas también ven los ahorros que se producen con niveles de inventario reducidos.
Sin embargo, los recientes acontecimientos en Japón y en el resto del mundo, han planteado preguntas acerca de cómo las cosas pueden complicarse con esta estrategia de gestión. Un terrible terremoto y tsunami en marzo de 2011 dejo una parte de Japón en serios problemas, unidades industriales fueron destruidas, quedaron inutilizadas fuentes de energía y muchos de esos problemas aún persisten.
En la actualidad, muchas empresas globales están replanteando sus estrategias sobre como manejar su producción. Este desastre natural llevó a algunos economistas a ver un sistema «just-in-case», en el cual las empresas mantienen grandes inventarios en diversas ubicaciones, teniendo en cuenta cualquier situación imprevista que pudiera perturbar la obtención de suministros. Un ejemplo de como el cambio climático y los desastres inesperados obligan a las empresas a cambiar la forma en que administran sus negocios.
Fuente: Cargo News Asia




















