Actualización del mercado de Maersk América Latina, octubre de 2025- Tema del mes: Simplicidad: Cómo simplificar la logística en una región compleja. –América Latina se encuentra en un momento crucial en la evolución del comercio mundial. A medida que los marcos comerciales tradicionales se enfrentan a una presión cada vez mayor debido a los cambios geopolíticos y a las políticas impulsadas por la seguridad nacional, los países de toda la región están navegando por un panorama más fragmentado y en rápido cambio. Para las empresas latinoamericanas, esto significa enfrentar retos logísticos de larga data, como las brechas en infraestructura, la diversidad regulatoria y las interrupciones ambientales, al mismo tiempo que se adaptan a las nuevas demandas de velocidad, transparencia y resiliencia. En este entorno dinámico, la simplicidad de la logística ya no es un lujo, sino un imperativo estratégico. Las empresas que adopten la agilidad, la integración digital y la colaboración regional estarán mejor posicionadas para prosperar en medio de la incertidumbre y desbloquear todo el potencial de los corredores comerciales de América Latina.
Las fuerzas que remodelan el comercio global
América Latina se encuentra en el punto de encuentro de importantes cambios globales que están redefiniendo cómo funcionan las cadenas de suministro y cómo debe evolucionar la logística para mantener el ritmo. Tres fuerzas clave están impulsando esta transformación:
- Cambios geopolíticos: nearshoring, friendshoring y reducción de riesgos
La reconfiguración de las cadenas de suministro globales se está acelerando a medida que las empresas buscan reducir la dependencia estratégica y aumentar la resiliencia. América Latina está surgiendo como un beneficiario clave de las estrategias de nearshoring y friendshoring, con países como Colombia y Costa Rica ya atrayendo inversiones significativas debido a su proximidad, alineación política y crecientes capacidades industriales. Esta tendencia está abriendo las puertas a toda la región para modernizar su base de producción, atraer a industrias de mayor valor y crear corredores comerciales más resilientes.
- Interrupción tecnológica: IA, cadena de bloques e IoT
La transformación digital está remodelando la logística en toda América Latina. Los análisis basados en IA están ayudando a las empresas a predecir las interrupciones y optimizar las rutas, mientras que la cadena de bloques está mejorando la transparencia y reduciendo el fraude en las transacciones de la cadena de suministro. Las plataformas en la nube y el rastreo habilitado para IoT están mejorando la visibilidad en tiempo real, lo que permite a las empresas responder de manera más rápida y precisa a las condiciones cambiantes. Por ejemplo, Forbes explica cómo los equipos tecnológicos latinoamericanos han ayudado a empresas globales a reducir los errores de entrega hasta en un 40% y a mejorar las previsiones de inventario en un 30%.
- Aumento de las expectativas de los consumidores
La demanda de los consumidores de velocidad, conveniencia y transparencia está impulsando a los proveedores de logística a innovar. Las empresas de Colombia, Brasil y Chile están equilibrando los servicios exprés premium con opciones diferidas rentables para satisfacer las diversas necesidades de los clientes. El crecimiento del comercio electrónico es un impulsor clave, y se proyecta que América Latina superará los 200,000 millones de dólares en ventas minoristas para 2025. Para seguir siendo competitivas, las empresas de logística están invirtiendo en centros inteligentes, optimización de rutas y tecnologías de última milla como camiones eléctricos y taquillas inteligentes.
Complejidad en la logística regional
El panorama logístico de América Latina se caracteriza por su diversidad geográfica y el desarrollo desigual de su infraestructura, lo que en conjunto genera importantes desafíos operativos. Desde las montañas Andinas hasta la cuenca del Amazonas, el terreno de la región complica la conectividad y aumenta la complejidad del transporte. América Latina sigue siendo un “laberinto logístico complejo”, donde la infraestructura inadecuada, la congestión portuaria y las limitadas opciones multimodales son comunes en muchos países. Estas limitaciones no solo ralentizan el movimiento de mercancías, sino que también aumentan el costo de hacer negocios, especialmente para las empresas que dependen de envíos urgentes o de alto valor. A pesar del creciente interés por el nearshoring y la producción regional, la falta de inversión constante en infraestructuras de transporte sigue obstaculizando la capacidad de la región para capitalizar plenamente su ubicación estratégica.
La fragmentación normativa añade otra capa de complejidad. Cada país de América Latina mantiene sus propios procedimientos aduaneros, estándares de documentación y regímenes arancelarios, lo que da como resultado un entorno comercial altamente descentralizado. Esta falta de armonización limita significativamente el comercio intrarregional, que solo representa el 14% del comercio total de bienes, muy por debajo de los niveles observados en regiones más integradas como la Unión Europea. Navegar por la diversidad normativa requiere una amplia experiencia local y estrategias de cumplimiento ágiles, especialmente a medida que los gobiernos continúan ajustando las políticas comerciales en respuesta a las presiones globales. Las empresas que tienen éxito en América Latina suelen hacerlo invirtiendo en herramientas de documentación digital y creando relaciones sólidas con las autoridades locales para simplificar el despacho de aduanas y reducir los retrasos.
Las ineficiencias operativas en América Latina se agravan aún más por la persistente escasez de mano de obra cualificada y la complejidad estructural de las redes logísticas. Muchos integradores logísticos informan de que muchos centros logísticos de toda la región se enfrentan a desafíos a la hora de contratar y conservar personal cualificado, lo que afecta a todo, desde la manipulación de mercancías y las operaciones de almacén hasta la entrega en la última milla. Esta brecha de talento ralentiza la ejecución operativa y aumenta el riesgo de interrupciones del servicio, especialmente en corredores de gran volumen. Además, los sistemas logísticos de la región suelen estar fragmentados, con una integración limitada entre los modos de transporte y una adopción digital incoherente. Estos problemas estructurales hacen que sea difícil lograr el nivel de agilidad y capacidad de respuesta requerido en el entorno comercial actual de rápido movimiento. Como señala Maersk, el éxito a largo plazo en América Latina no solo depende de la inversión en infraestructuras, sino también del desarrollo del personal y la adopción de soluciones logísticas integradas que puedan adaptarse a las complejidades locales.
Por último, el ritmo de los cambios normativos se está acelerando. Las políticas comerciales, las regulaciones aduaneras y las condiciones laborales están cambiando más rápido que nunca, y mantenerse informado ya no es opcional, sino esencial para mantener la continuidad del servicio y la confianza del cliente. Maersk enfatiza que las empresas deben adoptar estrategias proactivas para gestionar estos cambios, incluida la diversificación de proveedores, el plan de contingencia y una mayor visibilidad en toda la cadena de suministro. Las empresas que adoptan la flexibilidad e invierten en modelos de logística adaptativa están mejor posicionadas para navegar por la complejidad de la región y desbloquear oportunidades de crecimiento en el cambiante panorama comercial de América Latina.
Simplicidad: estrategias para simplificar la logística
En el complejo entorno logístico de América Latina, la simplicidad no consiste en reducir la ambición, sino en permitir la agilidad. La integración digital es el núcleo de esta transformación. Al conectar los sistemas logísticos físicos y digitales, las empresas pueden obtener visibilidad integral, optimizar el movimiento de mercancía y responder más rápidamente a las interrupciones. Las empresas latinoamericanas se beneficiarán significativamente de las plataformas unificadas y el rastreo en tiempo real, que permiten una mejor planificación, menos retrasos y una mayor satisfacción del cliente. Estas herramientas son especialmente valiosas en regiones donde las brechas de infraestructura y las redes fragmentadas hacen que los modelos logísticos tradicionales sean menos fiables.
La optimización de procesos es otra estrategia clave. Tecnologías como la IA, la automatización y el análisis predictivo están ayudando a las empresas a simplificar las operaciones y tomar decisiones más inteligentes.
En América Latina, los integradores logísticos están utilizando cada vez más paneles de control en tiempo real y alertas proactivas para pasar del rastreo pasivo a la toma de decisiones activa. El análisis predictivo, por ejemplo, permite a las empresas anticipar las fluctuaciones de la demanda, redirigir los envíos y asignar recursos de forma más eficiente. Las empresas que digitalizan de manera agresiva sus cadenas de suministro pueden incrementar el EBIT hasta en un 3.2% anual, la mayor ganancia entre todas las funciones empresariales analizadas.
Las asociaciones con proveedores de logística también están demostrando ser esenciales para la escalabilidad y la flexibilidad. Los proveedores de logística ofrecen experiencia especializada, infraestructura y tecnología que permiten a las empresas expandirse sin la carga de gestionar la logística internamente. En América Latina, donde las condiciones del mercado pueden cambiar rápidamente, los proveedores de logística ayudan a las empresas a adaptarse ofreciendo soluciones a medida, opciones de transporte multimodal y sistemas avanzados de gestión de inventario. Estas asociaciones son especialmente valiosas para las empresas que ingresan a nuevos mercados o que enfrentan la demanda estacional, ya que ofrecen la agilidad necesaria para ajustar las operaciones de manera rápida.
Por último, el talento y la formación son fundamentales para gestionar la complejidad. El desarrollo del personal en logística ya no es opcional, sino una necesidad estratégica. Invertir en programas de formación continua y en alfabetización digital es esencial para alinear las capacidades del personal con las demandas de automatización e IA. A pesar de ser una tendencia bien establecida, el desarrollo del personal está experimentando un nuevo impulso en América Latina, impulsado por la necesidad de mejorar la resiliencia operativa y la adaptabilidad tecnológica. Las empresas que dan prioridad a la capacitación y a la retención del talento están mejor preparadas para enfrentar interrupciones y mantener la continuidad del servicio en un mercado volátil.
Mantenerse a la vanguardia: lo que están haciendo las empresas líderes
En una región tan dinámica y compleja como América Latina, las empresas líderes están replanteando los modelos tradicionales de cadena de suministro para anticiparse a las interrupciones. Uno de los cambios más transformadores es la adopción de la adquisición ágil, que sustituye los procesos de abastecimiento rígidos y pesados por enfoques más rápidos y colaborativos. Este modelo implica a los proveedores y a las partes interesadas internas en una fase temprana del ciclo de planificación, lo que permite a las empresas desarrollar conjuntamente soluciones, responder a los cambios del mercado en tiempo real y ofrecer valor de forma más eficiente. Según McKinsey, las cadenas de suministro ágiles son inherentemente más resilientes, lo que permite a las empresas adaptarse rápidamente a las cambiantes demandas de los consumidores, los cambios geopolíticos y los cuellos de botella operativos.
La adquisición ágil también permite a las organizaciones ir más allá de la optimización de costos y avanzar hacia una flexibilidad estratégica. En lugar de depender de contratos fijos y largos plazos de entrega, las empresas están creando estrategias de abastecimiento modulares que les permiten pivotar entre proveedores, regiones y modos de transporte según sea necesario. Esta flexibilidad es especialmente crítica en América Latina, donde la variabilidad de la infraestructura y la fragmentación regulatoria pueden interrumpir incluso las operaciones mejor planificadas.
La tecnología desempeña un papel central en la habilitación de la adquisición ágil. Las plataformas digitales, los análisis predictivos y las herramientas de planificación basadas en IA permiten a las empresas simular escenarios, predecir la demanda y optimizar el rendimiento de los proveedores. La investigación de McKinsey muestra que las empresas que invierten en capacidades ágiles y digitales están experimentando mejoras en el rendimiento de hasta el 40% en un plazo de dos a cuatro años. Estas ganancias no solo son operativas, sino que se traducen en relaciones más sólidas con los clientes, un tiempo de comercialización más rápido y mejores resultados financieros.
En última instancia, la adquisición ágil es más que un cambio táctico: es una mentalidad estratégica. Requiere colaboración interfuncional, toma de decisiones basada en datos y disposición a aceptar el cambio. Las empresas líderes de América Latina ya están demostrando que la agilidad no es solo una respuesta a la volatilidad, sino que es un camino hacia el crecimiento. Al integrar la flexibilidad en sus estrategias de abastecimiento y construir ecosistemas de proveedores resilientes, se están posicionando para prosperar en un entorno comercial global cada vez más fragmentado y en rápida evolución.
El sector logístico de América Latina está experimentando una profunda transformación, impulsada por cambios globales y complejidades regionales que exigen estrategias más inteligentes y ágiles. Los retos de la región, que van desde la infraestructura fragmentada y la diversidad normativa hasta las crecientes expectativas de los consumidores, no son insuperables. De hecho, representan una oportunidad única para que las empresas innoven y lideren.
Al adoptar la integración digital, la optimización de procesos y las asociaciones estratégicas, las empresas pueden simplificar las operaciones y construir cadenas de suministro que no solo sean más eficientes, sino también más resilientes a la interrupción.
Lo que distingue a las empresas líderes es su mentalidad proactiva. Están invirtiendo en talento, adoptando modelos de aprovisionamiento ágiles y aprovechando la tecnología para mantenerse a la vanguardia del cambio. Estas organizaciones entienden que el éxito en América Latina requiere más que eficiencia operativa, requiere adaptabilidad, colaboración y un profundo conocimiento de las dinámicas locales. A medida que la región siga evolucionando, aquellos que prioricen la simplicidad y la flexibilidad estarán mejor posicionados para desbloquear el crecimiento, fortalecer las relaciones con los clientes y dar forma al futuro del comercio en toda América Latina.