China es una palabra que genera consenso en la Argentina, y el vínculo entre Buenos Aires y Beijing es clave para el desarrollo complementario de ambos países, cuya relación se ha establecido como estratégica e integral.
En entrevista con Xinhua, el analista político Jorge Castro subrayó que «en un país muy dividido, fragmentado, en términos de opinión pública y políticamente, como es la Argentina, la visita del presidente chino Xi Jinping (en julio último), y el vínculo con China se ha transformado en uno de los escasos elementos de pleno consenso nacional».
«Esto significa que para las inversiones chinas no hay ningún tipo de resistencia, sino que, por el contrario, son ampliamente bienvenidas», consideró el director del Instituto de Planeamiento Estratégico.
En opinión del experto, «el rumbo del crecimiento del país es nítido: pasa por lo agroalimentario, la explotación de los yacimientos de energía de Vaca Muerta (sur del país), la industrialización y reconversión de su industria».
«Y así como Vaca Muerta es fundamental, por un lado (por sus recursos de shale gas y shale oil), por el otro, la cuestión fundamental es el vínculo con China. Sobre este punto hay consenso en la Argentina, un país donde no son muchos los puntos de consenso», ponderó.
Castro remarcó que «la novedad en este viaje del presidente Xi Jinping es el anuncio, realizado por el propio presidente, junto con la presidenta Cristina Kirchner, de inversiones chinas para el desarrollo de las dos represas en la provincia de Santa Cruz, que implican la creación de una estructura de generación de electricidad que es la mayor de todas las construidas en la Argentina».
Esas represas, en las que se invertirán US$ 4.700 millones, ofrecerán al sistema energético argentino una potencia sumada de 1.740 megavatios.
A ello se suma «un proyecto de carácter emblemático para la relación entre China y la Argentina, que es la modernización y puesta en funcionamiento, con la tecnología más avanzada en materia ferroviaria de la época, del ferrocarril Belgrano Cargas».
Esa línea férrea «recorre todo el territorio argentino, desde la provincia de Buenos Aires hasta el norte y el noroeste. El resultado de la modernización y puesta en funciones va a afectar y a estar presente en todo el territorio del país, en lo que se refiere a las provincias más significativas de la Argentina», explicó.
Según Castro, «permitirá el transporte de la producción agrícola de toda la nueva frontera agrícola del país, que es la zona central de la Argentina, Córdoba, Santiago del Estero, noreste y noroeste.
«Hoy, el transporte de granos, especialmente soja, transportados por medio de camiones hacia el puerto de Rosario, es un componente que incrementa fuertemente el costo de transporte”, dijo Castro.
«El Belgrano Cargas implica una baja del costo de transporte y, por lo tanto, para los costos de exportación de los granos producidos en la nueva frontera agrícola del país», agregó.
En ese sentido, puntualizó que «es un cambio inmediato en un aspecto central de la producción de la Argentina, especialmente en provincias que en los últimos años se han transformado en grandes productoras agrícolas».
En el caso del Belgrano Cargas, la inversión es de unos US$ 4.714 millones, de los cuales el Banco Popular de China ya adelantó US$ 370 millones.
Para Castro, «la inversión china tiene una visión claramente a largo plazo, ya que el Belgrano Cargas se transformará en la infraestructura que permitirá una reorientación del comercio exterior argentino, de modo que las alternativas para colocar la producción en el mercado mundial no sean solamente el puerto de Buenos Aires o de Rosario», ubicado 300 kilómetros al norte de esta capital.
«Con el Belgrano Cargas aparece la posibilidad de que el sentido sea inverso: llevar la producción argentina a los puertos chilenos sobre el Pacífico, pasando la producción a través de los dos pasos cordilleranos existentes, en funcionamiento, de las provincias de Salta y de Jujuy.”
«Los puertos chilenos sobre el Pacífico, orientados a los mercados asiáticos, están solamente a una distancia de 400 a 450 kilómetros, aproximadamente, desde la zona de producción de Salta pero, para trasladarlos, es preciso contar con el sistema ferroviario del Belgrano Cargas. La inversión en el Belgrano Cargas le otorga una importancia estratégica fundamental», resaltó.
El analista recordó que «la Argentina tiene salida, para la producción de sus commodities agrícolas (como ser soja, harina de soja y maíz, y la principal industria aceitera del mundo), desde los puertos de Santa Fe y Rosario -hasta el de San Nicolás en la provincia de Buenos Aires-, es decir, puertos a lo largo de la costa del Río Paraná».
«Ahí está la industria con la tecnología más avanzada volcada al proceso de incorporación de valor. También está allí la mayor porción de inversión extranjera directa (IED) en la industria manufacturera, donde los insumos son de origen agropecuario.”
«Este proceso de industrialización que ya tiene la producción agrícola argentina se puede multiplicar con el ingreso de inversión transnacional, en primer lugar de China», planteó.
Al respecto, sostuvo que Beijing «ya ha efectuado una inversión de importancia estratégica –a través de la adquisición de la empresa Noble-, que constituye la presencia directa de la inversión china en el comercio internacional de granos.
«Esto significa que hay una relación directa entre la demanda china de granos, sobre todo soja y maíz, y la producción argentina, sin la mediación de las grandes empresas transnacionales de exportación de granos», subrayó.
Fuente: Xinhua