Los productos orgánicos tienen una alta demanda internacional y la Argentina tiene la posibilidad de convertirse en uno de los jugadores fuertes del mercado global. La Argentina hoy cuenta con 3,3 millones de hectáreas destinadas a la producción orgánica pero Australia —uno de los países con características productivas muy similares a las locales— tiene 12 millones de hectáreas y los especialistas advierten que es un modelo a seguir. Los referentes del sector consideran que hay que lograr sumar valor agregado y llegar al mundo con productos terminados, más que con materias primas.
Pero, ¿por qué producir productos orgánicos? El diferencial en el precio que está dispuesto a pagar el consumidor por alimentos que cuidan su salud es uno de los ejes con más peso para los productores, mientras que a los países les interesa por el cuidado del medioambiente.
Los especialistas advierten que Estados Unidos y la Unión Europea, dos de los máximos compradores de productos orgánicos, están mirando estas latitudes.
Gonzalo Roca, secretario y presidente honorario del Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (Mapo), destacó que se trata de una actividad que tiene varios valores a destacar y otorga grandes beneficios sociales, ambientales y para la salud. «La FAO lo dijo, amortigua el cambio climático, resuelve los problemas sociales porque da trabajo local y de salud porque son alimentos sanos», indicó.
Demanda sostenida
El referente señaló que la conciencia de algunos países sobre los beneficios de este tipo de productos es tan grande, que crece pese a la crisis económica. «Hubo algún pequeño altibajo pero siguió creciendo», dijo Roca quien recordó que al país lo afectó la crisis de 2001 y 2002 cuando desaparecieron muchos de los productores de pollo, carne vacuna y huevos orgánicos por la caída del consumo interno, que pasó de 15 por ciento a 2 por ciento.
«Hay muchísimo terreno para crecer, con menos del 1 por ciento de tierras en el mundo, con 37 millones de hectáreas, y 31 millón de hectáreas en producción silvestre, participamos del 3 por ciento de producción total de los alimentos. Es falso el cuco de que dice si no fuera por los OMG no se podría alimentar al mundo, nosotros estamos en condiciones de hacerlo», detalló.
La demanda internacional de alimentos y productos orgánicos no está satisfecha y por eso se puede sumar más producción, subrayó Raúl Castellini, referente del Programa de Servicios Agrícolas Provinciales (Prosap), durante su paso por Rosario para participar del seminario internacional «Tendencias de producción, consumo y comercio mundial de productos orgánicos: oportunidades para el centro argentino», que se realizó en la Bolsa de Comercio de Rosario.
Desde el gobierno nacional se apuesta a la consolidación y desarrollo del sector por el alto grado de agregado de valor que pueden tener los productos orgánicos. Oscar Solís, subsecretario de Agregado de Valor y Nuevas Tecnologías del Ministerio de Agricultura de la Nación, explicó que hoy los asiáticos suman 42 millones de habitantes por año a la clase media que busca alimentos diferenciados.
«La gente no tiene problema en pagar más por algo si entiende por qué lo hace. En la Argentina somos excelentes en producción pero muy malos en comercialización. A nosotros nos vienen a comprar, no salimos a vender. Estamos en el rumbo correcto, estamos para dar un salto cualitativo», apuntó.
El chileno Gino Buzzetti, responsable del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (Iica) en Buenos Aires, recordó que cuando estaba en la universidad la producción orgánica «era una cuestión romántica y más bien hippie». Sin embargo, hoy se trata de un negocio de 64 mil millones de dólares a nivel global, que crece a un ritmo de 10 por ciento anual. «Se trata de una forma de agricultura con diferente tecnología de producción. Uno de los grandes desafíos que enfrenta es que la demanda se sofisticó», apuntó Buzzetti al tiempo que también destacó el papel que pueden jugar los bioinsumos, por ejemplo, en las zonas periurbanas.
Herramientas. Ambrosio Pons Lezica, responsable del Proyecto de Asistencia Integral para el agregado de Valor en Agroalimentos (Procal), detalló que existen herramientas para mejorar la competitividad de los productores y empresarios.
Pedro Cussianovich, coordinador de Agricultura Orgánica del Iica, subrayó que «el mercado y la actividad tienen grandes oportunidades en América Latina». En ese sentido, apuntó que en el 2012 se relevaron 37,5 millones de hectáreas certificadas y la producción de orgánicos ascendió a 1,9 millón, cifra que fue posible gracias al trabajo de más de 5 mil productores. En ese marco, Latinoamérica tiene tan sólo el 18 por ciento de las tierras y el 16 por ciento de la producción.
Fuente: Diario Uno