El virtual candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, juró que de llegar a ser Presidente, estaría dispuesto a terminar con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que existe con México y Canadá, el cual fue firmado hace varias décadas entre los tres países.
Alentado por la salida de Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), el empresario calificó al TLCAN como el peor tratado comercial de la historia estadounidense. Trump aseguró que buscará renegociar el tratado en sus propios términos, y amenazó con retirar a los EE.UU del mismo si el acuerdo no se arregla en su favor.
En una planta de chatarra de aluminio y otros metales en Monessen, Pensilvania, el republicano también aseguró que no veía una manera de arreglar el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés).
Al respecto, la Cámara de Comercio de Estados Unidos rechazó que el TLCAN sea un desastre y advirtió que los planes de Trump en materia comercial costarían a los estadounidenses 3,5 millones de empleos.
Al calificarlo como el peor tratado comercial de la historia de EE.UU., juró renegociar los términos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte que calificó de un “desastre” para “conseguir un mejor trato para nuestros trabajadores”.
Agregó que designaría a duros negociadores de acuerdos comerciales e instruiría al Departamento de Comercio para identificar cualquier violación de los acuerdos comerciales.
El virtual candidato republicano a la Presidencia de los EE.UU. presentó su agenda comercial en Pensilvania y Ohio, estados industriales en los que él y la posible candidata demócrata Hillary Clinton luchan por convencer a los votantes de clase trabajadora antes de las elecciones del 8 de noviembre.
El empresario agregó que calificaría a China de un manipulador de moneda e instruiría al representante de comercio de Estados Unidos para presentar casos de acuerdos comerciales contra China. Si China no “para sus actividades ilegales” Trump jura utilizar “cada poder presidencial legal” para abordar dichas disputas, también indicó que Estados Unidos se había vuelto más dependiente de otros países y “es hora de declarar nuestra independencia económica una vez más”.
El discurso de Trump marca una ruptura significativa con el apoyo que el Partido Republicano ha dado por años al comercio internacional, y generó desaprobaciones inmediatas de líderes comerciales republicanos.
Por su parte, la Cámara de Comercio de Estados Unidos negó que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sea un desastre para dicho país como dijo el precandidato republicano Donald Trump.
A través de Twitter, la cúpula empresarial dijo que los proyectos de Trump en materia comercial despojarían a los estadounidenses de al menos 3,5 millones de empleos.
Recordó que los puestos de trabajo bien remunerados en la Unión Americana están basados en una economía que ve hacia afuera, no que se aísla.
“Bajo los planes comerciales de Trump, veremos mayores precios, menos empleos y una economía más débil”, insistió la cámara industrial.
Manifestó que los planteamientos de Trump en cuanto a aumentar los aranceles a México y China podría provocar una contracción de la economía estadounidense de 4,6% en los próximos tres años.
Por su parte, Jay Timmons, presidente de la Asociación Nacional de Manufacturas de Estados Unidos, dijo que Trump debe entender que 40% de los empleos en la industria dependen de las exportaciones y por lo tanto se necesita vender más al exterior, no menos.
Dijo que Estados Unidos debe seguir apostando a la innovación que garantice empleos y crecimiento.
Larry Sabato, politólogo de la Universidad de Virginia, manifestó que Donald Trump intenta sacarle jugo al Brexit, pero que de esta forma sólo se complica las cosas en su campaña rumbo a la Presidencia de Estados Unidos.