Interferencias complican el transporte marítimo en el Golfo PérsicoEl petrolero Front Tyne navegaba el domingo por el Golfo Pérsico entre Irán y Emiratos Árabes Unidos cuando poco después de las 9:40 a.m. los datos de seguimiento parecían mostrar que el enorme buque estaba en Rusia, en campos más conocidos por la cebada y la remolacha azucarera. A las 4:15 p.m., las señales erráticas del buque indicaban que estaba en el sur de Irán, cerca de la ciudad de Bidkhun, antes de colocarlo de un lado a otro del Golfo.
La interferencia masiva en los GPS de los buques desde el inicio del conflicto entre Israel e Irán lleva afectado a casi 1.000 buques en el Golfo, según Windward, una firma de análisis de transporte marítimo.
El martes se produjo una colisión entre dos petroleros al sur del Estrecho de Ormuz, una ruta marítima vital para el transporte mundial de petróleo, en la que ambos buques se incendiaron.
Uno de estos dos petroleros, el Front Eagle, buque gemelo del antes mencionado Front Tyne, de 330 metros de eslora y 60 metros de manga, el 15 de junio parecía estar dentro de territorio de Irán, según mostraron los datos en tiempo real de la plataforma Kpler .
«Por lo general, no hay interferencias en el Estrecho de Ormuz y ahora hay muchísimas», dijo Ami Daniel, director ejecutivo de Windward. «el punto final de todo eso es un mayor riesgo. Es una zona caliente… Si uno no puede geolocalizarse, hay muchas más posibilidades de tener un accidente».
Los buques están obligados a indicar su ubicación y están equipados con transmisores similares al GPS llamados AIS, o Sistema de Identificación Automática, que envían señales regulares sobre la ubicación, la velocidad y otros datos. La interferencia interrumpe estas señales.
«El problema en estos días es que la mayoría de los buques usan sistemas digitalizados, por lo que si el GPS está cegado o interferido no se tiene otra forma real de navegar que no sea visualmente», dijo Jim Scorer, secretario general de la Federación Internacional de Asociaciones de Capitanes de Buques.
Si la tripulación de un buque interrumpe intencionalmente su señalización, se denomina suplantación de identidad y puede indicar una conducta ilegal, como un esfuerzo por ocultar una carga o un destino. Si un tercero interrumpe las señales, como está sucediendo en el Golfo Pérsico, se conoce como interferencia, según Dimitris Ampatzidis, analista de Kpler.
La práctica se volvió cada vez más común en las zonas de conflicto, ya que algunos ejércitos tratan de ocultar la ubicación de los buques de sus armadas u otros objetivos potenciales. «Si no se sabe dónde están los buques, no se puede apuntarlos», dijo Ampatzidis.
Según analistas del sector, se observaron interferencias en el Mar Negro durante los ataques rusos a puertos ucranianos, en el Estrecho de Taiwán y en aguas cercanas a Siria e Israel, cuando el mes pasado varios buques parecían estar en tierra dentro de Sudan.
La Organización Marítima Internacional, junto con otras agencias de las Naciones Unidas, emitió una declaración en marzo expresando su preocupación por el aumento de los casos de interferencia en la navegación mundial.
El petrolero Xi Wang Mu, que fue puesto bajo sanciones de Estados Unidos, parecía estar en un templo hindú en India a principios de este año cuando falsificó su ubicación, según un análisis de la plataforma de datos marítimos Lloyd’s List Intelligence.
Fuente gCaptain con información de Reuters