Jueves 18 de Abril de 2024

Canal Punta Indio: Aguas profundas y peligrosas

9/10/2013

Una mirada desde Uruguay sobre la disposición de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables por la traza del canal Punta Indio.

Canal Punta Indio chicaLa disposición de la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la República Argentina, definiendo la nueva traza del canal de Punta Indio representa un cambio histórico en el sistema de navegación del Río de la Plata que tendrá consecuencias importantes para el Puerto de Montevideo y los demás puertos uruguayos.
La medida responde a un claro interés argentino de mejorar sus comunicaciones marítimas, tanto con los puertos de ultramar como con su extenso litoral oceánico. Es un proyecto dictado por la geografía (las profundidades en el Río de la Plata), la lógica de la demanda presente y futura por transporte marítimo generada por el comercio exterior argentino y por sus intereses portuarios.
La nueva traza significa un cambio histórico porque modificará el camino tradicional que comunica la Cuenca del Plata con el océano Atlántico.
Hoy, el canal de Punta Indio corre cerca de la costa uruguaya y comienza a la altura de la Isla de Flores. La nueva traza lo llevará al sur de la Isla de Flores y lo aproximará a las isobatas de 12 metros y de mayores profundidades próximas a la costa argentina.
El canal de Punta Indio es la comunicación más directa entre Montevideo y Buenos Aires y con el resto de la cuenca del Plata. La nueva traza cambiará ese escenario considerablemente. Sería importante saber si se han realizado estudios sobre cuál será su probable impacto sobre el tráfico marítimo y de cargas con los puertos uruguayos, especialmente Montevideo.
Otra duda es si Argentina seguirá manteniendo el canal actual.
Ante este desafío, la discusión sobre si la delegación uruguaya en CARP dio, o no, su consentimiento al proyecto de nueva traza parecería un tema menor. En cualquier caso, el Tratado del Río de la Plata y su Frente Marítimo establece que «la Parte que proyecte la construcción de nuevos canales» o la «modificación o alteración significativa de los ya existentes» debe emprender un procedimiento de comunicación y consulta con plazos bien definidos.
Este es un mecanismo similar al establecido en el Estatuto del Río Uruguay y, en general deberían aplicarse los mismos principios: ninguna de las Partes del Tratado tiene un derecho de veto sobre los proyectos de la otra.
La respuesta más positiva a este desafío (que debió haber sido reconocido y evaluado por nuestro gobierno desde fines del año 2006) es definir una estrategia de largo plazo para que Montevideo continúe siendo un puerto que sirva al comercio exterior uruguayo y un exportador de servicios a los demás países de la Cuenca.
Este objetivo vital para nuestro país solamente se conseguirá con buena administración, operación eficiente y obras de infraestructura que respondan a los desarrollos tecnológicos en el transporte marítimo mundial y la evolución de la demanda local.
Los desafíos actuales incluyen la circunstancia de que la entrada en servicio de las nuevas esclusas del Canal de Panamá llevará a un incremento en la cantidad de buques post-Panamax, con su mayor calado. Un desarrollo que impondrá crecientes exigencias para los canales y puertos en todo el mundo en la próxima década.
El Puerto de Montevideo ya dispone de una terminal que puede llegar a trabajar con buques de hasta 14 metros de calado (TCP) y otra que entrará en servicio próximamente (Muelle C). Pero, estos muelles no pueden operar en forma óptima debido a la falta de profundidad. A ello se agrega el proyecto para una terminal granelera.
Es necesario adecuar el Puerto de Montevideo a los inminentes desafíos que se perfilan sobre el horizonte del Río de la Plata. Y ello incluye incrementar gradualmente, en la medida de lo necesario, la profundidad de su canal de acceso hasta el máximo técnico de 14 metros.
¿Por qué no aprendemos del ejemplo que dio Argentina con su decisión y planificamos con una perspectiva de largo plazo?
Nuestro país debe iniciar en el seno de la CARP, sin demoras, el procedimiento para dragar a 14 metros el Canal de Acceso al Puerto de Montevideo. Esto no nos obliga a realizar la obra inmediatamente. Pero sí significa actuar con previsión y fijar el rumbo en la dirección correcta.

Fuente: Editorial de www.elpais.com.uy