Comercio Internacional. La Argentina tiene todo el potencial necesario para abastecer al mundo especialmente en materia de alimentos, productos agrícolas y minerales, pero debe insertarse en las cadenas globales de valor del comercio internacional a partir de procesos de apertura global, afirmó Marcelo Elizondo, Gerente general de la consultora Desarrollo de Negocios Internacionales (DDI) y ex director ejecutivo de la Fundación ExportAR, quien disertó sobre “Argentina y el comercio internacional” en un ciclo de conferencias organizado por el World Trade Center Buenos Aires, en el barrio de Puerto Madero.
“La Argentina tiene lo que el mundo compra, ya sea en alimentos, minerales y energía, pero debe mejorar la calidad de producción, la tasa de inversión, lograr empleos de calidad y mejorar su balanza comercial”, dijo Elizondo.
Al dar un ejemplo de una empresa argentina inserta en la cadena de valor, citó a Basso Hermanos, de Santa Fe, que elabora válvulas de motores para autos y entre sus clientes se incluyen automotrices como Ferrari, Lamborghini y Peugeot.
“La cadena de valor se constituye en que el cliente es un socio, en que Basso adapta su producción a las necesidades del cliente y el contrato entre las partes se basa en una relación de confianza”, explicó.
Elizondo dijo que en el 2015 el comercio internacional decreció por caída de precios pero aumentó 2,5% por volumen despachado, lo que obliga a los países a ser competitivos. “El comercio no bajó por menor flujo físico sino por descenso de los precios. Eso favorece a los consumidores pero afecta a los productores”, admitió.
Describió que el 50% del comercio internacional se da en la región Asia-Pacífico, seguido por la Unión Europea y EEUU, y sostuvo que los principales importadores mundiales son EEUU, China y Alemania.
Las exportaciones mundiales tienen como eje rubros como los combustibles, los químicos, autos, alimentos y productos agrícolas.
Explicó que los consumidores estaban acostumbrados a consumir productos cuya etiqueta incluía un “made in” proveniente de grandes centros productores, pero en las últimas décadas se deslocalizó la producción y partes de un mismo producto son producidas en distintos países, lo que compone una cadena global de valor.
“El 70% de lo que exporta la Argentina son bienes intermedios” que son los grandes protagonistas en esa cadena de valor global, en la que los antiguos clientes se convierten en socios de los productores.
“A la Argentina le falta insertarse en las cadenas globales de valor, a partir de procesos de apertura global”, expresó Elizondo, y dijo que “para exportar más, hay que importar más, porque el que exporta incluye en su mercadería partes de productos importados”, indicó.
Sostuvo que de los 19 billones de dólares de comercio internacional que se registraron en el 2014, un tercio respondió a comercio intrafirma de empresas multinacionales, otro tercio correspondió al comercio de los proveedores con las multinacionales y el resto respondió al comercio que se produce dentro de las cadenas de valor.
“En la Argentina sólo un tercio de lo que se exporta entra en las cadenas de valor, por lo que el país tiene un déficit en esa inserción”, explicó.
Consideró que las empresas argentinas deberán diseñar una estrategia de marketing para entrar a la cadena de valor y el país tendrá que normalizar su macroeconomía, y sellar acuerdos internacionales de libre comercio y lograr la llegada de inversiones.
“De los 625 acuerdos comerciales vigentes en el mundo, la Argentina generó pocos que faciliten la inserción de empresas nacionales en la economía global”, explicó.
Tras destacar el pedido argentino de que el país sea un miembro observador de la Alianza del Pacífico, dijo que el Mercosur, como bloque económico del cual forma parte la Argentina, le falta lograr vínculos con otros mercados.
Ejemplificó que países como Chile y Colombia cuentan con acuerdos de libre comercio, en tanto que el Mercosur no tiene ninguno y “sólo negoció hace 20 años un acuerdo con la Unión Europea”.
Fuente: Télam