La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) hizo un llamado a los gobiernos de Latinoamérica y el Caribe para que aborden de forma prioritaria ‒en cooperación con la industria‒ los problemas de infraestructura aeroportuaria en la región con el fin de potenciar la aviación e impulsar, así, el desarrollo económico y social que aporta este importante sector y en ese sentido apuntó a que “Argentina necesita una revisión urgente de su anticuado y costoso sistema de navegación aérea”.
El organismo que comprende el negocio de la aviación comercial en el mundo sostuvo que se espera que la demanda de pasajeros en Latinoamérica y el Caribe alcance los 658 millones de pasajeros en 2035, una cifra superior al doble de los 298 millones de pasajeros que viajaron en 2015.
Y advirtieron que si se cumple esa demanda, el número de puestos de trabajo relacionados con la aviación crecerá de 5,4 millones a 8,4 millones en el mismo período. Y la contribución de la aviación al PIB regional aumentará desde los 176.000 millones de dólares en 2015 hasta los 380.000 millones en 2035.
Alexandre De Juniac, consejero delegado de la IATA, formuló estas apreciaciones durante el Foro de líderes de aerolíneas de ALTA (su siglas en inglés Latin America and Caribbean Air Transport Association), que se desarrolla en Ciudad de México.
«La aviación es el negocio de la libertad. Impulsa el comercio mundial y mejora la vida de las personas. El éxito de la industria de la aviación se traduce en prosperidad. A pesar de la retórica proteccionista ‒que debemos saber contrarrestar‒, las economías necesitan la conectividad aérea para crecer e integrarse en el mercado mundial», declaró De Juniac.
Refiriéndose a Latinoamérica y el Caribe, De Juniac destacó los numerosos desafíos que enfrentan las aerolíneas, remarcando que “los costos operacionales son elevados. Los impuestos son significativos. Además, las reglamentaciones son onerosas y, a menudo, no están en consonancia con las normas internacionales”.
“Necesitamos –dijo- trabajar mano a mano con los gobiernos para abordar estos temas de manera efectiva y beneficiarnos del desarrollo económico y social que ofrece la aviación. Es necesario resaltar la importancia de la cooperación gobierno‒industria como una gran oportunidad para crear valor mediante la modernización urgente de la infraestructura aeroportuaria en la región».
Al respecto De Juniac urgió a la región a que aborde dos problemas fundamentales: el crecimiento de la capacidad en línea con la demanda y la privatización de las infraestructuras.
En cuanto a la infraestructura aeroportuaria, señaló que las limitaciones que presentan los aeropuertos de Bogotá, Lima y Ciudad de México reflejan el problema de capacidad aeroportuaria que sufre la región. Y aunque ya se han puesto en marcha planes para resolver esta situación, tendrán que pasar años antes de que el problema se resuelva, con el consiguiente perjuicio para el empleo y el crecimiento económico.
Puntualizó que Bogotá es un ejemplo de la necesidad de contar con la participación de la industria para el estudio de soluciones óptimas que respondan a las necesidades del mercado e hizo especial hincapié en el lugar que ocupa Argentina en el ranking de calidad de infraestructura aeroportuaria ‒114 de un total de 141 países‒, lo cual “no deja lugar a dudas de que Argentina necesita una revisión urgente de su anticuado y costoso sistema de navegación aérea”, insistió.
“La clave -apuntó- está en la cooperación. Aerolíneas, gobiernos y operadores aeroportuarios necesitan asociarse para ofrecer soluciones eficientes y económicas que respondan a las necesidades reales del mercado en coste y capacidad”, dijo De Juniac.
Lanzó también un mensaje de cautela respecto a la privatización de los aeropuertos. «Aprovechar la fortaleza del sector privado para mejorar las infraestructuras requiere una regulación firme para proteger a los usuarios del abuso de los monopolios», indicó.
De Juniac instó a los gobiernos a otorgar las concesiones de infraestructura aeroportuaria a socios alineados con el interés a largo plazo de mejorar la conectividad aérea para un crecimiento económico sostenible, en lugar de perseguir el beneficio económico a corto plazo de aquellos que presentan la oferta más alta.
Y al respecto destacó que “Chile, un modelo para los gobiernos con visión de futuro por su apoyo al desarrollo de una industria de transporte aéreo competitiva, es un ejemplo de lo que puede suceder cuando la regulación no es lo suficientemente fuerte”.
«La prefinanciación del proyecto de expansión del aeropuerto de Santiago ha provocado una dramática subida de las tasas aeroportuarias, una medida que pone en riesgo la competitividad del transporte aéreo del país junto con los beneficios sociales y económicos que genera», concluyó De Juniac.