El hidrógeno quiere hacerse a la mar. -Las embarcaciones que utilizan hidrógeno para desplazarse como combustible con cero emisiones son parte del futuro sobre el que trabaja la industria naviera, con varios proyectos pioneros en marcha. Se trata de un escenario aún lejano, pero prometedor.
Noruega es el país que capitanea esta apuesta. En el año 2021, el país escandinavo pondrá en funcionamiento un ferry eléctrico propulsado por hidrógeno que conectará los puertos de Hjelmeland, Skipavik y Nesvik. Tendrá una capacidad de 299 pasajeros y 80 automóviles y supondrá un ahorro de alrededor de 4.000 toneladas/año de emisiones de CO2 a la atmósfera.
La agencia estatal de I+D noruega está patrocinando un proyecto para el desarrollo y construcción de un buque de suministro de hidrógeno líquido como combustible. Con una capacidad de carga de 9.000 m3, ha sido diseñado para proporcionar servicios de abastecimiento de el hidrógeno licuado a los buques mercantes, además del transporte por mar abierto.
También en Noruega, se está construyendo un buque con pila de combustible de hidrógeno dedicado a la construcción y reparaciones en alta mar. Con 99 metros de eslora, será la embarcación de hidrógeno más grande del mercado.
En Francia, el próximo año podría entrar en funcionamiento la primera embarcación fluvial con pilas de combustible de hidrógeno, que circularía por las aguas del Ródano. En esta misma línea, el Puerto de Amberes, en Bélgica, ha ordenado la construcción del primer remolcador impulsado por hidrógeno.
Gran dependencia de los combustibles fósiles
“La inmensa mayoría de los buques de las flotas mercante y pesquera, así como las embarcaciones de recreo o de uso militar, están propulsadas por fuel pesado o gasóleo marino”, explica Jorge Dahl, Business Development Manager Spain de la certificadora DNV-GL y socio del Clúster Marítimo Español (CME). “Sólo un pequeño número de unidades (unos 500 buques, en números redondos y contabilizando los buques en construcción) están navegando o navegarán en un futuro próximo con gas natural licuado (GNL) como combustible menos contaminante”, añade el experto.
Tanto el gasóleo marino como el GNL son combustibles de origen fósil. Su combustión tiene como consecuencia la emisión dióxido de carbono (CO2), principal culpable del calentamiento global. También provoca la emisión de otros gases que contaminan el aire que respiramos y que resultan dañinos para la salud, como óxidos de nitrógeno (NOx), óxidos de azufre (Sox) y partículas sólidas.
Con información de La Vanguardia