De partes del estudio se pueden sacar varias conclusiones, el informe dice que después de años de fácil crecimiento, la vida se hizo mucho más dura para los operadores de la industria a partir del segundo semestre de 2008. Una crisis que comenzó en el mercado inmobiliario de EE.UU. se extendió en una recesión mundial, afectando severamente el PIB mundial.
Como resultado, la demanda de importaciones y exportaciones de mercaderías entró en caída libre, mientras que los volúmenes del comercio internacional por la vía marítima disminuyeron drásticamente. Sin embargo, las condiciones poco a poco van mejorando, pero el repunte tan esperado puede no producirse a tiempo para salvar a algunos de los jugadores en los segmentos de carga.
En el corto plazo, el punto brillante en la industria del transporte marítimo seguirá siendo el mercado de cruceros.
Según Caroline Finch, analista de IBISWorld, se estima que los ingresos de la industria aumenten de U$S 151.000 millones en 2007 a U$S 155.500 millones en el 2012, lo que representa un incremento del 0,6% anualizado, incluyendo el 0,1% previsto para 2012.
El exceso de capacidad es la única certeza a la que la industria se enfrenta en los próximos años. La industria depende de un fuerte crecimiento mundial y de que la globalización siga creciendo. La amenaza de un colapso en la zona del euro o de una recaída en la recesión global sigue siendo real.
En el otro lado de la ecuación, el desequilibrio de la oferta de buques contra la demanda de servicios de transporte marítimo necesitará más tiempo para resolverse.
Segmentos de la industria, tales como el transporte marítimo de contenedores, están comprometidos en una carrera para construir barcos más grandes. El operador con el barco más grande captura la estructura de menor costo y una ventaja competitiva.
Sin embargo, todos estos hechos acumulados han llevado al mercado a una gran baja de las tarifas de flete y se espera que se mantengan así por un tiempo.
Fuente: marinelink.com
