El transporte carretero de cargas petroleras mostró en los últimos meses un vehemente crecimiento en la región. Esto sirvió para abrir una huella en la economía regional separando, en mitades casi idénticas, oportunidades y riesgos: los gremios tratan de no perder terreno y se mantienen en alerta; para los transportistas se traduce en la posibilidad de saltar definitivamente a una actividad más redituable; mientras que el gobierno provincial intenta contener la frágil infraestructura vial y sube controles a las rutas, a la par que agiliza licitaciones.
Según Vialidad Provincial del Neuquén (VPN), el tránsito general aumentó en las rutas petroleras un 36% durante el 2013 y un 51% en comparación con el 2011. En el caso de los tramos que llevan directamente hasta Añelo –Meca del shale– la circulación se duplicó. Pero eso no fue todo. El ruido desbordó sus propios límites y llegó a caminos antes dominados por otras actividades, como la Ruta 22 en el Alto Valle.
Los protagonistas coinciden al señalar una doble condición. Por un lado, el shale multiplica varias veces el volumen de equipos, trabajo e insumos que requerían las explotaciones convencionales. Y además la actividad resurgió mostrando un vertiginoso ascenso en poco más de un año y medio, pese a que la apuesta de mayor peso es un plan piloto (YPF-Chevron) que actualmente sólo significa el 10% de ese proyecto.
En un viaje desde Neuquén hacia Añelo, cualquier conductor atento puede llegar a contar no menos de 30 camiones –uno cada tres minutos– en los 103 kilómetros del trayecto. Casi en su totalidad son vehículos vinculados con el petróleo que transportan equipos, materiales, líquidos, tubos y, fundamentalmente, arena. A lo que debe sumarse el traslado de los cuatro mil trabajadores que diariamente llegan a la localidad.
De acuerdo con el relevamiento de Vialidad, las rutas 5, 7, 8 y 51 fueron las que mayor incremento registraron. El Tránsito Diario Medio Anual (TDMA), unidad de medida técnica utilizada para entender el volumen de circulación, arrojó un promedio de 30.000 pasos. De éstos, unos 10.000, es decir el 30%, son transportes de carga.
Si bien el TDMA no es un número traducible a vehículos diarios, porque un rodado puede ir y venir varias veces en el mismo tramo, sirve para entender el caudal de circulación que, por ejemplo, en el trayecto de mayor tránsito (Centenario-empalme Ruta 51) asciende a 6.200 registros (1.800 camiones).
Un sector cargado
Aníbal Tortoriello, presidente de la Cámara Patagónica de Empresas de Autotransporte de Cargas (Capeac), reconoció que se trata de una buena oportunidad para un sector que atravesó problemas. Para el transporte vinculado con el sector frutícola representa una oportunidad concreta para dejar una actividad deficitaria.
Uno de los sectores que más empujaron el crecimiento fue la carga de arena para la hidrofractura. Algo que antes la actividad no demandaba. Las bolsas contenedoras se transportan en camiones playos desde Roca hasta Allen y luego hasta los yacimientos. Éstos representan gran parte del movimiento, al igual que los camiones cisternas con agua, que parecen funcionar sin descanso en la geografía no convencional.
Cada camión, del tipo playo, puede transportar hasta unas 30 toneladas de arena. Pero cada pozo shale utiliza 1.500 toneladas de material, por lo que se necesitan unos 50 viajes. En este rubro la empresa cipoleña TSB es una de las que más movimiento demuestran en toda la región.
Rubén Belich, titular de Camioneros de Río Negro, señaló que en los últimos meses se incorporaron al menos 300 trabajadores al sindicato, de los cuales 100 ingresaron como operarios para las maniobras con las bolsas de arena.
Pese a la aparente bonanza, el camionero neuquino Carlos Rojas anticipó que no cederán para que se respeten las playas de acopio que eviten un traslado directo desde los puertos al yacimiento, incorporando personal local.
Tanto empresarios como conductores coinciden al calificar de complicadas la formación y retención de personal. Las condiciones laborales y los salarios que puede afrontar la actividad petrolera empujan las expectativas de los trabajadores. «Hoy no tenemos conductores capacitados para recomendar», explicó Belich.
Se Mueve
Las amenazas sobre la frágil infraestructura vial de la cuenca neuquina son concretas. Desde el gobierno retoman anuncios ya realizados, pero aseguran que se preparan para hacer frente al desborde que se asoma.
Los transportistas acuerdan con los controles, pero reclaman mejoras urgentes para no deteriorar más los equipos. Desde Vialidad Provincial, su titular Juan Carlos Schenk replicó que durante los ensayos la mayoría dio por encima de los pesos permitidos.
Para intentar resolver la ecuación el gobierno licitará «el corredor petrolero» en el primer trimestre y mandará al asfalto tres básculas para controlar, y multar en caso de infracción, el sobrepeso. Las obras significarán la duplicación de carriles para un tramo de las rutas 7 y 51, además renovarán y ampliarán la misma 7 entre Añelo y el empalme de la Ruta 8.
Fuente: Federico Aringoli en www.rionegro.com.ar