Un estudio presentado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) deja como conclusión que Latinoamérica, tiene que volcarse a una mayor integración regional para poder enfrentar los efectos de la recesión de comercio internacional que lleva más de cuatro años.
En la presentación del “Monitor de Comercio e Integración 2016”, confeccionado por el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL) del BID, Paolo Giordano, Economista Principal del Sector de Integración y Comercio del BID, dijo “Es necesario un cambio radical en los mecanismos de integración regional para contrarrestar la realidad de un ciclo recesivo que ya dura cuatro años.
Agregó también, «El panorama es preocupante, el motor de crecimiento de América Latina se ha estancado, debe prender sus motores».
El informe muestra que la caída del comercio internacional muestra signos de estar en desaceleración, pero también muestra que la tendencia no está en reversión y que en el 2016 llegó además al comercio de servicios.
La baja las exportaciones de bienes de Latinoamérica en 2015 cayó un 15%, pero se desaceleró en 2016, llegando a julio con un descenso del 8,5% y continuando a la baja.
«La retracción de la demanda mundial afecta más a América Latina que al resto del mundo» remarcó el economista, impactando negativamente en la balanza de cuenta corriente de los países.
Del estudio del BID se desprende que las perspectivas para Latinoamérica no son las mejores, influidas por la alta volatilidad de los mercados y la suba de los tipos de cambio. Estas cuestiones plantean una «coyuntura complicada susceptible de desatar políticas proteccionistas».
Giordano, al referirse al triunfo de Trump en los EE.UU. dijo, «El ambiente político también se está volviendo desafiante, no sólo por los cambios en Estados Unidos sino también en Europa”, y opinó que dado este contexto, “la integración regional no será la panacea, pero ayudará».
«Hay una oportunidad, incentivos para los acuerdos de integración en un mundo cada vez más difícil. Hay un espacio de integración en América Latina que se perdió de vista por el boom de las comodities y ahora que este terminó, resulta muy evidente», dijo el especialista. Para el, Brasil sigue siendo «la locomotora de América Latina», pero México es una gran opción.
Agregó que «México vive de espaldas a Latinoamérica, y los demás países de la región no ven el potencial que tiene».
«La recomendación es no ver los acuerdos comerciales como muros que nos encierren hacia el interior sino como plataformas que nos proyecten al exterior», dijo.