El transporte marítimo de mercaderías tiene un futuro prometedor, pero solo estará al alcance de aquellas navieras que logren consolidar su estrategia de negocio en un mercado que crecerá un 60% hasta 2050. Sin embargo, según la consultora DNV GL, este crecimiento será mucho más robusto hasta 2030, mientras que en los 20 años restantes mantendrá una tendencia positiva, pero a un ritmo mucho más bajo y concentrado en el tráfico de contenedores y de graneles excepto carbón.
El presidente de Negocio Marítimo de DNV GL, Knut Ørbeck-Nilssen explica: “En nuestro informe podemos ver cómo las tendencias de hoy serán los paradigmas de mañana”. “El transporte marítimo continuará alcanzando mayores niveles de eficiencia a través de la reducción de costos, la mejora de la tasa de utilización de los buques, la reducción del consumo de fuel, la construcción de buques más grandes y la puesta en marcha de nuevas tecnologías”.
De esta forma, DNV GL calcula que entre 2015 y 2030 el transporte marítimo de mercaderías (medido en toneladas-kilómetro) crecerá un 2,2% anual, mientras que entre 2030 y 2050 lo hará a un ínfimo 0,6% al año. Esta ralentización está marcada por la progresiva caída del tráfico de productos energéticos, en especial el carbón y luego ocurrirá con el petróleo y productos derivados. La excepción serán el Gas Natural Licuado (GNL) y el Gas Licuado del Petróleo (GLP), que tomarán el relevo como principal combustible, tanto en el sector marítimo como en el resto de industrias.
El tráfico de contenedores, en cambio, será muy sólido durante los próximos 40 años gracias a su estrecho vínculo con el crecimiento del PBI mundial. La consultora marítima calcula que los contenedores crecerán un 3,2% anual hasta 2030 para luego bajar un poco el ritmo (2,1%) hasta 2050. En términos de tráfico global de contenedores, el crecimiento será del 2,6% anual hasta 2050, muy parejo al 2,4% del PIB mundial.
En lo que respecta a los graneles, el comportamiento general será de aumentos medios (1,8% anual en términos de toneladas-kilómetro) durante los próximos 20 años, para luego caer hasta el 0,6% anual hasta 2050. Los tráficos crecerán mucho en granos y cereales, moderadamente en minerales y caerán el carbón. Asimismo, GNV GL prevé una caída de las prospecciones de gas y de petróleo en al mar, aunque el despegue de los campos eólicos marítimos compensará parte de la caída de la actividad.
Por zonas geográficas, el transporte marítimo de mercaderías seguirá creciendo a buen ritmo en Asia, sobre todo en tráficos intraregionales relacionados con productos energéticos. El desarrollo económico e industrial de la región llevará a un aumento significativo del transporte marítimo de gas, graneles y contenedores en China, India, el Sudeste Asiático en general y el África Subsahariana. Solo Oriente Medio será capaz de mantener el nivel de exportaciones de petróleo, que bajarán en el resto de regiones, mientras que la caída de las exportaciones de carbón será en todo el mundo.
La flota mundial crece, pero a menor ritmo
El crecimiento de la flota mundial de buques estará condicionada por dos factores: la progresiva concentración en un grupo reducido de navieras y el constante aumento del tamaño de los buques, dos factores que unidos a la digitalización del sector y a una mejor tasa de utilización limitará la incorporación de nuevos buques.
Medido en Tonelaje de Peso Muerto (DWT), la flota de petroleros caerá un 20% hasta 2050, siendo la mayor parte de la caída a partir de 2030, cuando la demanda de petróleo comenzará a caer. Los graneleros, en cambio, registrarán un aumento moderado, según DNV GL, de alrededor del 50%, mientras que los portacontenedores y los gasíferos serán las grandes estrellas de la construcción naval con un incremento de la flota de al menos el 150%.
En cuanto al tipo de propulsión, la consultora calcula que en 2050 el 47% de la flota utilizará productos derivados del petróleo para propulsarse, mientras que el uso del gas (en especial GNL) crecerá significativamente y alcanzará ya el 32% de la flota. El 21% restante de la energía procederá de fuentes neutras como la electricidad y el biofuel. Asimismo, la mejora de la eficiencia energética y de las operaciones permitirá reducir en un 35%-40% el uso de combustible por tonelada-kilómetro.
Fuente: Naucher